lunes, 13 de marzo de 2017

Música de Cine. Jackie (2016) de Mica Levi.

Estamos en 2017.
Hace 100 años Arnold Schönberg tenía 43 años.
No sé si entienden qué quiero decir.

Me parece que no me estoy explicando bien.

Lo que quiero decir es que hacer cine hoy día y encargar bandas sonoras como ésta…


… es una vergüenza.

Afortunadamente, de vez en cuando, Hollywood es visitado por un músico del siglo XXI que dignifica algunas de sus producciones. Es el caso de la banda sonora de Jackie.

La estupenda película del chileno Pablo Larraín -que ya demostró ser un gran realizador con No y El Club (no he visto Neruda)-, ha conseguido que renovemos nuestra confianza cinéfila en su persona porque resulta que Jackie no es un EstrenosTV sino que  es como un sueño o, mejor dicho, como una pesadilla hagiográfica postraumática del penúltimo capítulo de la vida, obra y milagros de Jacqueline Lee Bouvier quien rebautizada como Jackie Kennedy se esfuerza, a lo largo de los 90 minutos del metraje, en corporeizar para la eternidad el efímero y fantasmagórico mito de su marido, JFK: la eterna gran esperanza blanca cuyo "mausoleo" flamea eternamente en el Cementerio de Arlington gracias a... Jackie  Kennedy.


El capítulo al que me refiero, por si hay algún iletrado en la sala, es el del magnicidio más popero y conspiranoico del siglo XX (y mira que hubo magnicidios ese siglo): el del fotograma nosécuántos de la cabeza reventada de JFK. Yo confieso que a mí el asunto Kennedy me tiene hasta los co**nes, por lo que no tenía ningún interés en ver esta película. Pero vino dvd a llamar a mi puerta y, aunque nueve de cada diez dentistas recomiendan no hacer caso a dvd, esta vez le di una oportunidad que, afortunadamente, no he desaprovechado. Vean Jackie para disfrutar del Séptimo Arte versión 2017.

Volviendo al tema que nos ocupa hoy. La banda sonora de Jackie está compuesta por la compositora inglesa Mica Levi (aka Micachu) que es, como deberían ser ustedes, una persona del siglo XXI. Compruébenlo en su merecidamente nominado soundtrack. Todos los cortes son buenos (y postraumáticos).

7 comentarios:

dvd dijo...

Bueno, todo depende de en manos de qué dentistas se ponga usted, claro...
Natalie Portman (y su acento NY) está soberbia, la banda sonora es la mejor de todos los oscar con mucha diferencia y Larraín es un pedazo de director de cine que ha entrado en Hollywood por el sitio más difícil (el arriesgado) y ha hecho una película de terror psicológico y abstracto... Por cierto ¿por qué nunca nominan en los oscar a pelis de terror?... ¿eh?...
Un saludo, maño.

Mister Lombreeze dijo...

Esto es un peliculón como la copa de un pino. Magistral.
dvd, reconoce que tiene toques Malick!!!

miquel zueras dijo...

Ya conocía a Mica Levi por su álbum "Under the Skin" ¡Muy bueno! Iré a ver "Jackie" aunque sea por la banda sonora.
Saludos.
Borgo.

dvd dijo...

No, me niego. Esto es otra cosa. Malick no se detiene a preguntarle a sus personajes por qué se sienten así de únicos e inefables. Quizá porque no se lo permite su propio papel de demiurgo, quizá porque tampoco haya nada que preguntar. Larraín intenta entender a una persona de extraña profundidad a la que nadie le preguntó nunca cómo se sentía ella, no la esposa del presidente asesinado... No tiene nada que ver.

Mister Lombreeze dijo...

@dvd, usted siempre con el fondo de las cosas, pero la forma es la forma. Y la forma Malick existe.

@miquel, la película te gustará mucho más allá de su banda sonora. Pero de lo que yo estoy convencido es que esta banda sonora eleva la película a un nivel artístico superior, como todo buen soundtrack que se precie. Es que crea una atmósfera y un tempo únicos.

Luis Cifer dijo...

No entiendo qué tienes en contra de Hans Zimmer y su tema para Origen. ¿se parece en exceso a alguno de Arnold Schönberg ? ¿A cual?

Mister Lombreeze dijo...

La bso de Origen es 20 años más vieja que la película, es decir, es de las que hacía Zimmer en los 90. Para mi sensibilidad, es convencional y hortera.

Zimmer plagia mucho, cosa que a mí me da igual, porque, su plagio más evidente, el de Amor a Quemarropa, es una gozada.

No, no se ha copiado nunca, que yo sepa, de Schoenberg. Quería decir, al hablar de Schoenberg, que hace ya muchos años que la música de vanguardia se arriesgó a cruzar algunos límites sonoros y que me gustaría que muchos compositores también lo hicieran, sobre todo en películas que lo pretenden. Zimmer se ha atrevido un poco en Dunkerque. Menos mal.

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