viernes, 16 de mayo de 2008

Una Obra Fundamental: El Requiem de Verdi.

"Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis".
(«El descanso eterno dales, Señor, y que la luz perpetua los ilumine»)

Rossini fue un genio tremendo. El éxito de sus óperas cómicas fue espectacular, (Beethoven le pidió que compusiera muchos "barberos de Sevilla"), y cuando todos los operistas europeos comenzaron a imitar su personal estilo, él decidió cambiarlo y compuso en 1829 su última ópera, "Guillermo Tell", seria y en francés, que sonaba menos rossiniana que nunca. Murió rico y gordo en 1868, o sea, que se tiró 40 años sin componer casi nada. En el primer aniversario de su muerte, otro genio de la ópera italiana, Giusseppe Verdi, pensó en dedicarle una Misa de Réquiem compuesta en comandita con varios compositores italianos. Verdi se autoadjudicó la parte del "Libera me domine", o sea, el final. Pero el proyecto no prosperó y Verdi tuvo que esperar a que se le muriera otro admirado. Sucedió en 1873 cuando el escritor, poeta y colega de Verdi en asuntos de unificación italiana, Alessandro Marzoni, ("no seremos libres si no somos uno"), pasó a mejor vida. El "Requiem" de Verdi se estrenó en 1874 con un rotundo éxito de público y crítica.
Ábramos un paréntesis explicativo: Un Requiem es, en origen, la liturgia que te dan los católicos después de muerto y antes de enterrarte, lo dicen en latín para que no se entere ni Cristo, (qué chispa tengo). Y es también, por extensión, una composición musical basada en estos textos latinos, compuesta habitualmente en memoria de algún personaje importante o de algún ser querido. Existen Requiems más heterodoxos que no utilizan los textos latinos, como El Requiem Alemán de Brahms, o el Polaco de Penderecki, e incluso la Misa de Requiem de Karl Jenkins, que mezcla hip-hop con poemas jaiku. Las secciones más habituales del Requiem musical son las tomadas directamente del Requiem de la liturgia católica: Introito, (la frase que os pongo al comienzo de esta entrada), Kyrie eleison, (Señor, ten piedad), Ofertorio, Sanctus, Agnus Dei, (cordero de Dios) y Comunion. Más las tomadas prestadas por algunos compositores de otros textos católicos: "Libare me", "In paradisum" o "Pie Jesu". Si queréis saber más, acudís donde siempre. Cerramos paréntesis.
Muchos entendidos dicen, con muy mala leche, que el Requiem es la mejor ópera de Verdi, (recordemos: un Requiem no es un ópera, no es teatro), criticando así el exceso de teatralidad musical que la composición posee y que parece poco adecuada para un tema de estas características, o sea, que es demasiado rítimico y muy melódico. Y que tiene poco de católico y mucho de agnóstico. Y que suena muy poco serio. Y que les gusta más el de Mozart, aunque fuera compuesto desde la cama para el conde Franz Walsegg, (Mozart, como buen masón y fantasioso que era, alucinó pensando que era la Muerte o el Destino quien venía a encargárselo, pero no era más que el criado del conde el que le visitaba).
Pero es nuestro Requiem favorito precisamente por todo lo anterior, porque no entendemos tanto de música como creemos y también por lo siguiente:

* Porque tiene el Dies Irae, (la ira de Dios), más tremendo de todos, (con permiso de Berlioz, que le va a la zaga), donde nos cuentan que cuando las trompetas del cielo suenen, los muertos se levantaran de sus tumbas para recibir el Juicio Final, como en las pelis de Dario Argento:


*Por su "Ingemisco", que tanto asusta a muchos de tenores por su dificultad, (Ingemisco tanquam reus = Gimo como un reo). Cuando lo canta Pavarotti, (con o sin barba), parece fácil:


*Por su hermosísimo "Kyrie eleison" para los cuatro solistas:


*Por su delicado "Libera me" para soprano:


*Y porque cuando escucho el "Lacrymosa", ("lagrimoso será el día..."), me entran ganas de llorar. Atentos a la vocecita de la cantante afroamericana Leontyne Price:

No os murais nunca!!!, pero si ha de pasar.., mejor con música de Giussepe Verdi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"No temo a la muerte, solo que no me gustaría estar allí cuando suceda". Por eso, antes de palmar, es conveniente escuchar este requiem; aconsejable disponerse a aprender y/o sorprenderse con los comentarios lombreeze (flipo lo del Jenkins); y necesario agradecer aquello que nos llega como un pequeño regalo.
EEjj.. fornicar nunca viene mal tampoco, y además no es indispensable tener una ex-mujer con una hija adoptiva de rasgos orientales.

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